Partiremos de la localidad de Villafranca de Ebro, tomando el camino en dirección al monte, una vez cruzada la Nacional II seguiremos unos seis kilómetros para desviarnos en la bifurcación de caminos a la derecha.
Justo después, giraremos a la izquierda al llegar a una caseta, unos metros después encontraremos la primera de las sabinas.
Continuaremos atravesando campos de almendros y abandonaremos el camino del Farletillo en uno de los últimos campos de almendros para desviarnos a la izquierda y ascender a una paridera abandonada, desde allí observaremos varias sabinas. Un poco más al norte, mirando hacia Monte Oscuro, en uno de los campos de cereales veremos otra muy grande.
Seguiremos por un camino sinuoso y con muchas piedras, algunas de ellas de pedernal, llegando a divisar por estas zonas algún que otro buitre por las lomas altas del recorrido.
Llegando a un aljibe, casi en medio del camino, nos desviaremos a la izquierda para llegar a la Balsa de Val de Acebre. Tomaremos nuevamente nuestro camino para cruzar por las granjas de porcino hasta llegar al núcleo urbano para reponer agua y energías para nuestro regreso.
Saldremos de Farlete, en dirección al cementerio de la localidad, cogiendo la bifurcación a la derecha para ir descendiendo y pasar por un campo de almendros. Llegando a un pequeño pozo tomaremos ese camino para atravesarlo hasta alcanzar una paridera con unas sabinas muy grandes junto a un aljibe abandonado. Continuaremos y cerca de un almacén de cereales podremos ver una de las sabinas negras más espectaculares. Tras remontar varios kilómetros nos toparemos con una sabina caída en el suelo pero que sobrevive gracias a sus fuertes raíces. Ascenderemos a un camino alto para ver desde allí una pequeña pero preciosa sabina en el borde del camino.
En este punto solo nos quedará deshacer el camino de ida para regresar a Villafranca de Ebro.
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